Amar no es poseer: el deseo masculino y la negación de la mujer en “Cambio de luces” y “La intrusa”
Amar no es poseer: el deseo masculino y la negación de la mujer en “Cambio de luces” y “La intrusa”
Francesca Rao
A menudo se habla del amor como un encuentro entre dos personas que se reconocen y se aceptan. Pero en muchos textos literarios, especialmente en la narrativa argentina del siglo XX, el amor aparece teñido por otra lógica: la de la posesión. En mi opinión, los cuentos Cambio de luces, de Julio Cortázar, y La intrusa, de Jorge Luis Borges, revelan que cuando el deseo masculino no reconoce al otro como sujeto, el vínculo amoroso se vuelve una forma de violencia. En estos relatos, la mujer no es amada: es imaginada, usada o directamente eliminada. Se convierte así en territorio de disputa entre hombres, borrada de su propia historia¹.
En Cambio de luces, Tito se enamora de una construcción mental que hace de Luciana, basada únicamente en sus cartas. El vínculo se sostiene en la fantasía, no en la realidad. Cuando finalmente la ve, el desencuentro es total: “me dolió la falta de la galería cubierta, de la luz cenicienta”², dice, dejando en claro que lo que lo conmueve no es la persona que tiene delante, sino la pérdida de una imagen idealizada. El relato de Cortázar muestra con sutileza cómo el amor se convierte en una forma de control simbólico: Luciana no tiene valor como sujeto real, solo como proyección. Al no coincidir con la fantasía, es rechazada³. No hay diálogo ni posibilidad de encuentro verdadero. En este punto, el cuento refleja lo que Roland Barthes llamó la imagen amada, una figura moldeada por quien desea, más que por quien es deseada⁴.
El caso de La intrusa es aún más brutal. Juliana, la mujer que comparten los hermanos Nilsen, no tiene voz, pensamiento ni historia propia. Solo existe en función del deseo y el conflicto entre ellos. Y cuando se vuelve una amenaza para su vínculo, es asesinada. Borges no relata sus emociones, ni siquiera su punto de vista: la borra completamente de la narración. Como señala la crítica Marta Berardi, “Juliana no es personaje, sino catalizador de un conflicto entre hombres”⁵. Es decir, no importa quién es, sino qué lugar ocupa en la rivalidad masculina. La mujer es tratada como propiedad intercambiable, similar a lo que ocurre en sociedades patriarcales donde la figura femenina es vista como un bien transaccional entre varones⁶.
Estos dos cuentos muestran variantes distintas de un mismo patrón: el amor que no reconoce al otro como libre. En Cambio de luces, la violencia es simbólica, emocional, sutil. En La intrusa, es física, explícita, definitiva. Pero en ambos casos, la mujer es negada como sujeto. No puede definirse por sí misma, como advertía Simone de Beauvoir: “El problema de la mujer siempre ha sido el de ser definida por el otro, nunca por sí misma”⁷. Esa lógica sigue vigente, no solo en la literatura, sino también en muchos vínculos reales. El patriarcado, como estructura cultural, ha construido históricamente un modelo de amor que no contempla la alteridad femenina⁸.
Por eso, creo que la lectura de estos textos va más allá del análisis literario: nos interpela. ¿Qué tipo de amor sostenemos cuando proyectamos sobre el otro lo que queremos ver? ¿Qué vínculos construimos cuando no aceptamos al otro en su diferencia? Borges y Cortázar, cada uno desde su estilo, nos advierten sobre una forma de deseo que no busca encuentro, sino apropiación. Una forma de amar que, en vez de liberar, aprisiona.
En tiempos donde repensar los vínculos es urgente, estos relatos nos invitan a romper con esa lógica y a imaginar nuevas formas de amor, donde el otro no sea un espejo, un objeto o una amenaza, sino un sujeto con voz propia.
Notas al pie
1. Esta idea está relacionada con el concepto de “objetivación” de la mujer, tal como lo desarrolla Laura Mulvey en su ensayo Visual Pleasure and Narrative Cinema (1975).
2. Cortázar, Julio. Cambio de luces, en Deshoras. Buenos Aires: Sudamericana, 1982.
3. La imposibilidad del encuentro amoroso verdadero cuando el otro es convertido en ideal fue trabajada por autores como Emmanuel Lévinas.
4. Barthes, Roland. Fragmentos de un discurso amoroso. Madrid: Paidós, 2007.
5. Berardi, Marta. “El cuerpo silenciado: la mujer como ausencia en Borges”. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, vol. 34, n.º 67, 2009.
6. Gayle Rubin analiza este fenómeno en su teoría del tráfico de mujeres en The Traffic in Women (1975).
7. De Beauvoir, Simone. El segundo sexo. París: Gallimard, 1949.
8. Illouz, Eva. El consumo de la utopía romántica. Buenos Aires: Katz Editores, 2007.
Webgrafía
https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cambio-de-luces--0/html/
https://ciudadseva.com/texto/la-intrusa/
https://filosofia.laguia2000.com/filosofos/simone-de-beauvoir
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-252X2009000100009
https://www.persee.fr/doc/colan_0336-1500_1975_num_20_1_4815
https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero16/barthes.html

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