Aparato critico: MANSILLA, LUCIO V.
MANSILLA, LUCIO V.
Lucio Victorio Mansilla (1831-1913) fue un escritor, militar, diplomático y político argentino cuya figura se destaca tanto por su originalidad literaria como por su personalidad excéntrica. Perteneciente a una familia de elite —era sobrino de Juan Manuel de Rosas y primo de Mariquita Sánchez—, Mansilla encarnó el perfil del hombre público del siglo XIX, pero lo hizo con una actitud irreverente y anticonvencional que lo distinguió de sus contemporáneos. Su interés por la comunicación directa con el lector y su estilo coloquial lo convierten en uno de los precursores de la crónica moderna en lengua española.
Su obra más importante, Una excursión a los indios ranqueles (1870), es el resultado de un viaje diplomático y militar al territorio de los ranqueles. Publicada inicialmente como una serie de cartas en un diario porteño, esta obra presenta un enfoque innovador para la época: en lugar de describir a los pueblos originarios como enemigos bárbaros —como era habitual en la literatura política del momento—, Mansilla los retrata con curiosidad, respeto e incluso simpatía. A través del diálogo, la convivencia y el registro etnográfico espontáneo, revela una sociedad compleja y organizada, desafiando los prejuicios de la mirada “civilizada”.
El estilo de Mansilla es conversado, irónico y personal. Se dirige al lector como si estuviera contando una anécdota entre conocidos; digresa constantemente, mezcla la observación política con el humor y convierte el relato en una experiencia casi teatral. Este tono informal, lejos de restarle seriedad, amplifica su mirada crítica sobre el proceso de construcción del Estado y la violencia ejercida en nombre del progreso. Su escritura rompe con la solemnidad liberal característica de autores como Sarmiento o Alberdi, mostrando que se puede pensar la nación desde el humor y la duda.
Otras obras como Causeries de los jueves confirman su habilidad para la reflexión ensayística ligera. Allí aborda temas filosóficos, sociales y personales con libertad estilística y un espíritu lúdico que lo posiciona como uno de los escritores más modernos de su generación. Su modo de escribir anticipa la figura del cronista urbano y del intelectual performático.
Mansilla no solo dejó un testimonio histórico de gran valor, sino que renovó las formas de narrar lo político. Su legado reside en haber demostrado que el escritor puede intervenir en debates públicos sin renunciar a la subjetividad ni al humor. En un siglo dominado por discursos solemnes, él eligió ser brillante, crítico y entretenido al mismo tiempo.

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